¿Cómo practicar mindfulness en casa si eres principiante?
Siempre se tiene la costumbre de ir a la práctica luego de la teoría, y con esta serie de artículos que he elaborado sobre el mindfulness no hay excepción. Anteriormente definí un poco en qué consiste la Atención Plena para poder tener una mejor idea de este hábito. Ahora bien, lo siguiente es saber cómo practicar mindfulness sin perder la cabeza y creer que se necesita ser un monje shaolin. Con honestidad, solo necesitas un poco de paciencia y disciplina para poder trasladar la teoría de la Atención Plena a la parte práctica.
Más allá de creer que podrías practicarlo con algún ejercicio de Yoga o meditando por al menos 30 minutos, lo esencial en practicar mindfulness es enfocarte en una sola cosa para que no permitas que otros impulsos saboteen tu tranquilidad. No es algo sencillo al principio, por eso es necesario mantener una buena constancia al momento de practicar estos ejercicios.
¿Cuántos minutos son necesarios para practicar mindfulness?
Para comenzar a realizar ejercicios de Atención Plena no necesitarás ni siquiera 30 minutos de tu día, con que comiences tomando solo 5 minutos de práctica es suficiente. Lo importante es que seas capaz de iniciar esta cantidad de tiempo todo los días hasta convertirlo un hábito. Esto quiere decir que deberías considerar estos 5 minutos iniciales por al menos dos semanas.
Lee aquí el primer artículo sobre Mindfulness para principiantes
A partir de la segunda o tercera semana de práctica puedes comenzar a practicar al menos dos veces al día. Puedes realizar tu práctica en la mañana y luego agregar otro ejercicio en la tarde, por ejemplo. Pero toma en cuenta que esto debe ser adaptado a lo que se te haga más cómodo y apropiado. Es más, puedes incluso aprovechar estos ejercicios antes de dormir.
Ejercicios básicos para complementar tu rutina
Si has llegado hasta aquí, es porque ya quieres saber cómo practicar mindfulness de inmediato. Por eso te dejo este primer video con 4 ejercicios de Atención Plena que puedes ir incorporando en tu rutina.
También puedes tomar como guía este otro video que te enseña a practicar mindfulness en tan solo un minuto. Como dije anteriormente, con tan solo un par de minutos al día para iniciar, es más que suficiente. Luego puedes ir incorporando más minutos y organizar segmentos dedicados a estos ejercicios.
El mejor consejo para saber cómo practicar mindfulness
Una táctica de mindfulness que pocas veces suele ser mencionada, es la de ofrecerle atención a algún estímulo que impida que te distraigas con algo más. En pocas palabras, se trata de hacer algo que requiera toda tu concentración, evitando dispersarte con otros pensamientos. Por ejemplo, puedes darte un baño con agua fría por un par de minutos, pues tu mente solo se enfocará en el agua fría en contacto con tu piel. Aunque parezca algo un poco alocado, este es otro ejemplo para saber cómo practicar mindfulness, incluso sin que se trate de meditación.
Por eso como lo he mencionado anteriormente, la meditación no lo es todo. Hay otros tipos de ejercicios que también sirven para mejorar tu concentración y atención, evitando que caigas en alguna crisis o estrés que pueda hacerte daño. Entre esos están:
- El enfocarte en observar un objeto y tratar de describirlo lo mejor que puedas, incluyendo su textura y colores. Solo tienes que enfocarte en ese objeto.
- También puedes enfocarte no en uno, si no en varios objetos, ir contándolos y analizándolos poco a poco en silencio. Esta práctica es perfecta al comenzar el día.
- Otro ejercicio es remojar tu rostro en agua fría por unos segundos, sobre todo si has tenido un día pesado. Claro está, teniendo cuidado de que el agua no esté tan helado o te moleste.
- Puedes incluso disfrutar de un rico bocado que puedas disolver fácil en tu boca. Un gran ejemplo de ello son los caramelos o un pedazo de chocolate. Solo te concentras en ir disolviéndolo poco a poco en tu boca y disfrutar de su sabor, nada más.
- Como otra táctica que puede funcionar está el concentrarte en dibujar algo en una hoja de papel, así sea algo sencillo como círculos. De hecho, una técnica que me enseñaron hace poco y que me pareció graciosa es la de tratar de dibujar algo que te guste con los ojos cerrados y con la hoja encima de tu cabeza, pues estarás obligado a concentrarte en dibujarlo lo mejor posible y no en otra cosa.
Disfrutar de algo al máximo
Aprender cómo practicar mindfulness puede parecer algo un poco complicado al principio, sobre todo por la necesidad de mantener estos ejercicios con constancia. Aún así, la Atención Plena resulta ser una buena herramienta para mejorar nuestro equilibrio mental y no es nada del otro mundo. Con que practiques estos ejercicios unos minutos al día, ya estás poniendo tu granito de arena.
Algo que es básico para poder mantener una rutina sana con mindfulness es disfrutarlo al máximo y no hacerlo solo por obligación. Si se trata de poner en práctica este hábito solo por obligación, claramente no tendrá buenos resultados. Es mejor que vayas adecuándote a él acorde a tus necesidades y que sea porque lo disfrutas. Recuerda que hacer algo a la fuerza o por moda, no resulta satisfactorio a largo plazo, y más bien facilita abandonarlo antes de tiempo.
Para decirlo de forma más sencilla, las cosas hay que hacerlas con amor, si no, no vale la pena. Incluso en momentos en las que no hay “ganas”, hay que enfocarse en lo positivo de ello e ir buscando la forma de disfrutarlo (sobre todo cuando son hábitos que sí queremos formar, pero no sentimos las ganas de hacerlo al momento). Esto es muy aparte a no querer de ninguna forma un hábito, y esto se puede aplicar al mindfulness. Si no quieres aprenderlo y crees que solo lo necesitas por moda, estás perdiendo el tiempo.
Poco a poco se llega lejos
Si has decidido continuar aprendiendo sobre la Atención Plena y quieres volverlo un hábito a largo plazo, entonces recuerda que debes ir aprendiendo poco a poco, porque solo de esa forma puedes llegar lejos. Suena muy cliché, pero es algo bastante certero.
No desesperes con querer practicar miles de ejercicios al día y dedicarle casi una hora de tu tiempo al mindfulness. Es mejor que lo vayas haciendo despacio y por breves instantes que tengas libres y que quieras tener para ti. Recuerda que esto es lo mismo que adecuarse a una buena alimentación o a hacer ejercicio. De nada sirve apresurarse, porque la idea es aprovecharlo y disfrutarlo.
En el próximo post daré el último contenido esencial para que puedas llevar el mindfulness a tu rutina, por lo que espero estés pendiente de la públicación. En tiempos como este, es necesario buscar aunque sea un minuto para uno mismo.