Reflexiones del Barbenheimer
Luego de varios meses (casi 3) sin publicar nada por aquí, esta vez decidí escribir algo a lo desordenado, sin tanto SEO o prioridad por keywords, algo que realmente quería drenar. Esta vez quiero hablar del Barbenheimer, el fenómeno que explotó en Internet gracias al estreno simultáneo de “Barbie” y “Oppenheimer”.
Este artículo no será más que un mind dump de todo lo que reflexioné el fin de semana luego de ver estos dos tesoros cinematográficos. Cada uno logró despertar mi mente de una manera peculiar, y por eso me pareció necesario mencionarlo aquí.
El ser humano es caos…y eso es normal
Una de las cosas que ambas películas generaron en mi fue la importancia del caos humano. Y si bien sé que ambas son completamente diferentes en muchísimas cosas (comenzando por el género), una cosita que vi en común es reflejar caos o al menos parte de este desde el contexto humano.
“Oppenheimer” es una biopic que, como era de esperarse, refleja bastante bien todo lo que pasó este famoso físico tras el proyecto Manhattan (la antesala a los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki).
Con el pasar de los minutos, la película te adentra cada vez más en la psique atormentada de este personaje, pudiendo ver así varias facetas de este, incluyendo las más destructivas y crueles que van desde infidelidades hasta el haber creado un arma de destrucción masiva que hasta ahora es temida.
En el caso de “Barbie” el contexto es otro, pero el caos sigue presente gracias a la eterna búsqueda de identidad que tenemos arraigados en nosotros…sobre todo cuando se es mujer en una sociedad bastante machista (que a la par afecta también a los hombres y eso también se ve en la película). El caos emocional que afronta Barbie en esta película es tremendo y por eso es casi imposible no empatizar con ella.
Para mi, ambas lograron una magia inigualable al retratar eso, caos en todo su esplendor, algo que muchas veces buscamos omitir como personas, pero que quizás nos toca aceptar poco a poco. Somos caos y eso no está mal.
Vivo por lo visual y lo musical, y no me averguenzo de ello
Debo confesarlo, quedé hipnotizada con “Oppenheimer”, al punto de considerarla desde ya una de mis favoritas de Nolan junto a Memento, Interstellar, Dunkirk y Batman: The Dark Knight. Luego de ver “Barbie” me pasó lo mismo en cuanto a ser desde ya otras de mis favoritas en general, no solo de Greta Gerwig. Aún así, sin duda alguna mi preferencia sigue siendo “Oppenheimer”, pero ya es más por gusto personal.
Eso hizo que dudara un poco de mi y hasta me sintiera un poco “avergonzada” porque ajá, “Barbie” ya es categorizada LA película DE mujeres PARA mujeres, pero lo siento…sigo siendo una fanática de géneros cinematográficos bastante obvios y es algo muy mío.
Con el tiempito (porque habrá sido cosa de horas) entendí que no tiene nada de malo que me guste más “Oppenheimer” que “Barbie”, porque igual AMO la película de Barbie.
No tiene nada de malo porque ambas son completamente diferentes y que me guste más una no significa que ande diciendo que esa es mejor que la otra. Al contrario, precisamente por ser tan distintas es que se puede tener preferencias. Podría llamarse la magia del cine, supongo.
¿Y cuál es esa famosa preferencia mía? Pues la verdad yo me desvivo fácil por películas con bastante musicalización entrelazada con planos artísticos.
Por algo tengo tanto amor por las pelis de Nolan. De verdad no quiero sonar pesada, al contrario, creo que esto es algo bastante cliché que a muchos de nosotros nos gusta y está bien.
En fin, soy una chica simple, una chica que se enamora de planos detalle con musicalización, y no voy a cambiarlo.
Algo nuevo que te deja pensando
Otra cosa que comparten ambas películas a pesar de su diferencia en género es la noción de pedirle a la gente que piense distinto, que reflexione sobre su moral y sus creencias desde distintas perspectivas.
En el caso de “Oppenheimer”, Nolan decidió explorar la moralidad y el debate social que puede surgir por la creación de un arma que al sol de hoy sigue generando miedo. De hecho, todavía nos preocupamos por cualquier amenaza nuclear pese a que ya han pasado más de 70 años desde la creación de la primera bomba atómica.
Es por eso que “Oppenheimer” ya era un proyecto arriesgado desde su inicio, y aún así Nolan logró establecerlo como un éxito total, a costa de manejar una cinematografía perfecta con un guión bastante completo.
Al terminar de ver “Oppenheimer” no puedes evitar más que quedarte pensando en todo lo que puede ocasionar una creación, sobre todo cuando se pone en juego vidas inocentes y se siente con fuerza todo el trasfondo político.
Y más allá de eso, también te genera una extraña sensación de existencialismo al ver como el personaje de Oppenheimer tenía que enfrentar sus propios demonios internos al entender que en efecto, su creación si resultó ser una gran amenaza.
“Barbie” también logra dejarte pensando, y de hecho fue sorpresa para muchos que no esperaban la profundidad de esta película, aunque eso no debería sorprender siendo la creación de quien dio vida a “Ladybird”. Barbie se inclinó a reflejar la calidez de película de verano, pero al mismo tiempo haciéndote pensar mucho en tu existencia, especialmente si eres mujer.
“Barbie is a love letter to women.”
Muchos han aclarado que “Barbie” es una carta de amor a las mujeres, y creo que es la definición que mejor le calza. Esta película muestra la cruda realidad de vivir en “un mundo humano” y que eso incluye poco a poco ir notando cómo nos afecta el patriarcado, especialmente a las mujeres.
Tanto así que, contrario a lo que sería “Barbieland“, en el mundo real todavía es complicado que las mujeres alcancen el mismo status que los hombres en varias situaciones (sobre todo si nos fijamos en países sub-desarrollados).
Es una película que te deja pensando mucho en lo que eres, en qué quieres lograr en este mundo, y ojo que este mensaje no solo va para mujeres, sino también para hombres, con la diferencia en que Gerwig hizo énfasis en las mujeres por obvios motivos.
Oh, how I love being a woman…
Aunque mi preferida en este fenómeno fue “Oppenheimer”, “Barbie” se robó mi corazón y también se convirtió en una de mis películas favoritas hasta ahora. Llevaba tiempo sin sentirme tan representada en una película, y de una manera tan profunda y emocional como esta.
Desde el principio ya notaba por dónde iban los tiros con la temática, pero no pensé que fuese algo tan fresco y compasivo con el ser mujer.
He de confesar que con tantos debates políticos y sociales en la actualidad, es normal que me sienta aturdida con temas progresistas como el feminismo (no que no sea feminista, sino que llega un punto en la que agota solo hablar o leer sobre eso), y por eso hay momentos en la película en la que me sentí un poquito cansada. Aún así, lo que realmente me impresionó y enamoró fue la fluidez del guión, pues eso hizo que esos momentos se quedaran de lado cuando seguía la corriente de todo lo demás.
“Barbie” me hizo reflexionar mucho sobre ser mujer en una sociedad machista. Me hizo pensar mucho en todo lo que uno puede llegar a afrontar en la vida cuándo tratas de entender tu lugar en el mundo. Me hizo recordar con melancolía mi infancia y la relación con mi mamá.
Para variar, con el ending tan épico que se lanzó con una canción tan sublime como “What Was I Made For” de Billie Eilish, también me hizo tener compasión conmigo. De hecho, no lo negaré, me hizo llorar y supongo que era de esperarse.
Era hora de algo nuevo en el cine
Luego de tantos años viendo en taquilla un sinfín de películas de superhéroes y live action tras live action de Disney, era normal que el “Barbenheimer” explotará en la actualidad. Ojo, no pretendo dármela de snob del cine, porque hay lugar para todo. Solo pretendo enfatizar que si bien hay joyas como “Avengers: Endgame“, hemos llegado a un punto de saturación excesiva con esta temática, sobre todo si nos fijamos en la cuarta fase de Marvel. Y lo mismo va para Disney con su larga lista de live actions que parece no acabar…
Es por eso que uno se siente tan feliz cuando logra ver algo nuevo y fresco en el cine, que va desde maravillas como “Pinocho” de Guillermo del Toro hasta “Pearl” de Ti West. Y en esta ocasión, el fenómeno del “Barbenheimer” logró recordarnos que “el séptimo arte” revive cuando menos lo esperas.