Hablemos del mindfulness y de cómo conectar contigo misma 🌿✨
¿Te has sentido alguna vez atrapada en la rutina, como si tu vida solo estuviese en piloto automático? Entre el trabajo, las responsabilidades en casa y los miles de notificaciones en el celular, es fácil olvidarnos de algo esencial: nosotras mismas.
Aquí es donde entra el mindfulness, esa práctica que parece estar en boca de todos, pero que va mucho más allá de una moda pasajera. Es una forma de pausar el ruido externo y reconectar con tu interior. Es como darte un respiro profundo en medio del caos.
En este blogpost quiero contarte qué es realmente el mindfulness, cómo puede ayudarte a escuchar a tu cuerpo y mente, y compartirte consejos prácticos para empezar a integrarlo en tu vida. Porque cuidar de ti misma no es egoísta, es necesario. Y qué mejor que hacerlo desde un lugar de calma y conexión contigo misma.
Sigue leyendo, porque aquí no solo hablaremos de mindfulness; hablaremos de ti. 🌸
2. ¿Qué es el mindfulness?
La primera vez que escuché esta palabra fue durante una sesión de terapia cognitiva hace ya 6 años. Al principio no entendía muy bien en qué consistía, pero con la ayuda de mi psicólogo en ese entonces pude comprender su concepto poco a poco.
Mindfulness para principiantes: conoce los conceptos básicos
El mindfulness, o atención plena, es la capacidad de estar presente en el aquí y el ahora, con plena conciencia de tus pensamientos, emociones y sensaciones físicas, sin juzgarlos. No se trata de “vaciar la mente” o de alcanzar un estado de calma perfecta, sino de observar tu experiencia tal cual es, con amabilidad y curiosidad.
Muchas personas creen que mindfulness es sinónimo de meditar, pero no es así. La meditación entra en una categoría del mindfulness, pero no es lo único que abarca este concepto.
El mindfulness puede estar en cualquier detalle; desde observar el amanecer por la ventana hasta respirar profundamente antes de levantarte de la cama.
Imagina estar completamente inmersa en el sabor de tu café matutino, sintiendo su calidez en tus manos y su aroma envolvente. O caminar y realmente sentir el contacto de tus pies con el suelo, disfrutando del momento sin distracciones. Eso es mindfulness: estar plenamente presente.
¿Y por qué es tan importante?
El mindfulness ofrece un montón de beneficios tanto para tu mente como para tu cuerpo. Te voy a mostrar solo alguno de ellos:
- Reduce el estrés y la ansiedad: Como el mindfulness te ayuda a centrarte en el presente, es capaz de disminuir los niveles de estrés mientras te ayuda a manejar los desafíos diarios con mayor claridad y serenidad.
- Mejora tu bienestar emocional: Al practicar la atención plena, te vuelves más consciente de tus emociones y aprendes a responder a ellas de forma saludable, en lugar de reaccionar impulsivamente.
- Aumenta tu enfoque y productividad: Si alguna vez te has sentido abrumada por mil cosas a la vez, el mindfulness puede ayudarte a priorizar y concentrarte en una tarea a la vez, mejorando tu desempeño y reduciendo el agotamiento mental.
- Fomenta una relación más profunda contigo misma: Esta práctica te ayuda a darte un respiro ante cualquier día atareado, mejorando así tu autocuidado y fomentando una conexión más profunda con tus deseos, necesidades y valores.
¿Cómo comenzar con el mindfulness?
No necesitas ser experta ni dedicarte a meditar mil horas al día para disfrutar de los beneficios del mindfulness. Con tan solo unos 5 minutos de atención plena al día ya estás haciendo un gran cambio.
Puede que al principio parezca un poco absurdo y hasta de flojera intentarlo, pero una vez lo comienzas y lo pones en práctica de manera diaria, créeme que se hará mucho más fácil al poco tiempo.
Te prometo que ya luego de unas semanas, notarás cambios enormes y harás prácticas de mindfulness casi de manera inconsciente.
Como sé que no es tan fácil dar inicio a esta práctica, te dejaré aquí algunas estrategias para agregarla a tu rutina diaria:
Comienza con pequeños momentos conscientes
Lo principal es comenzar con pequeños momentos. Es decir, comenzar con aquello que se te haga más fácil convertir en atención plena. Si comenzamos de una con una clase de yoga de 30 mins. y meditaciones de 20 mins., lo más probable es que te sientas abatida a la primera y abandones al segundo día.
Recuerda que el mindfulness es atención plena, hacer las cosas con intención; va más allá de solo relajarse. Por eso insisto en que comencemos con pequeños momentos conscientes como levantarse de la cama, beber tu primera taza de café en la mañana, o encender una vela antes de dormir.
Sé consciente de tus sentidos
Tus sentidos son como anclas que te conectan al momento presente. Una forma sencilla de practicar mindfulness es prestar atención a lo que ves, escuchas, hueles, tocas y saboreas en un momento específico.
Por ejemplo, mientras tomas una ducha, siente el agua cayendo sobre tu piel, escucha el sonido que hace al chocar contra el suelo y nota el aroma del jabón. Este enfoque no solo calma la mente, sino que transforma las actividades cotidianas en pequeñas oportunidades de autocuidado.
Haz pausas intencionales
La vida está llena de momentos que pasan desapercibidos porque muchas veces hacemos todo de manera casi automática.
Una pausa intencional no tiene que ser algo complejo: basta con detenerte unos minutos para respirar profundamente, cerrar los ojos y preguntarte: ¿Cómo me siento ahora mismo? Es una manera poderosa de reconectar contigo misma y recargar energía
Mindfulness en movimiento
El mindfulness no se limita a estar sentada en silencio; también puede practicarse mientras te mueves. Durante una caminata, siente cómo tus pies tocan el suelo con cada paso, escucha los sonidos a tu alrededor, observa la naturaleza o las personas que pasan.
Si prefieres algo más dinámico, actividades como yoga, pilates o incluso bailar pueden convertirse en momentos de conexión contigo misma. La clave está en enfocarte en el movimiento y la sensación de tu cuerpo, en lugar de dejar que tu mente divague.
La meditación nunca está de más, pero solo cuando te sientas preparada
La meditación puede ser intimidante al principio, especialmente si crees que tienes que hacerla “perfecta.” Sin embargo, no se trata de lograr algo específico, sino de regalarte unos minutos para estar presente contigo misma. Si todavía no te sientes cómoda dedicando tiempo a meditar, está bien.
Puedes comenzar con pequeños ejercicios de respiración o momentos de mindfulness más casuales, y cuando te sientas lista, explora prácticas guiadas o simplemente siéntate en silencio por unos minutos.
Recuerda, el mindfulness es un camino, no una meta.
Reseña de Wysa: Un coach mental en tu celular – Deni Darko
Tips para Mantener el Hábito
- Hazlo sencillo: Como comentó James Clear en su libro “Hábitos atómicos”, una de las leyes para tener éxito en un hábito es hacerlo sencillo. Si quieres practicar mindfulness de manera exitosa, lo mejor es hacerlo sencillo. No necesitas un montón de dinero o tiempo para esta práctica, con un par de minutos al día que te funcionen es suficiente.
- Sé consistente: Elige un momento del día para tu práctica de mindfulness y conviértelo en una rutina. Tal vez sean las mañanas para empezar con calma o las noches para cerrar el día en paz. La constancia es clave, y al mantenerlo sencillo, será más fácil no abandonar.
- Ten paciencia contigo misma: Recuerda que es un proceso, no una carrera. Es normal que algunos días no puedas practicar mindfulness, y eso está bien. La idea es simplemente retomarlo en lo posible y siendo muy gentil contigo.
- Celebra tus logros: Reconoce cada pequeño esfuerzo que haces. Practicar mindfulness, aunque sea por unos minutos al día, es un acto de amor propio. Celebra ese compromiso contigo misma.
En conclusión…
El mindfulness no es perfección, es presencia.
Es una herramienta para conectar contigo sin perderte en el camino.
Es un aliado poderoso para que tus días sean un poco más tranquilos, incluso cuando hay caos incomprensible.
Si sientes que algunos días tu mente y tu cuerpo pesan más de la cuenta, quizás el mindfulness te ayudará.
De todas maneras, te invito a practicarlo en lo que puedas porque es una filosofía de vida muy hermosa que ayuda mucho a tu salud mental.
No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo presente en tu vida, de forma sencilla y constante. 🌸