Consejos

Mis enseñanzas del 2020: sobre autocuidado y amor propio

Con sinceridad, estaba dudosa de publicar este post. Es más, ni tenía un plan para el contenido como suelo hacer. Casi todos los sistemas que utilicé a principio de año los he dejado de lado porque seamos sinceros, el 2020 fue el año del caos. Pero no todo está perdido, yo sí creo que hay enseñanzas del 2020 que no debería obviar.

Si bien estas enseñanzas se basan en mi experiencia personal, espero te sirvan como referencia y reflexión. Quizás en este breve pero preciso listado encuentres algo que te haga sentir más agradecido con lo que tienes. Quién sabe, puede que incluso en algún punto coincidas conmigo y así no te sientas tan mal contigo mismo.

La importancia del autocuidado (#selfcare)

Este año continué con mis terapias. Cuando las inicié a finales del año pasado no estaba segura de comentarlo. Todavía surgía en mi esa vocecita diciendo «van a pensar que eres rara por tomar terapia». A estas alturas, creo que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

No soy ajena a las terapias, las tomo desde pequeña, pero en este caso era especial porque fui yo quien dio el paso adelante y se aseguró esta vez de salir del cascarón. Fue difícil al principio, pero ahora me siento mucho mejor.

Las terapias fueron el inicio a lo que para mi fue un abrir de ojos impresionante: el autocuidado o selfcare. Este tema fue una de mis mayores enseñanzas del 2020.

Antes para mi selfcare era solo usar mascarillas faciales y dormir 8 horas. Ahora entiendo que va mucho más allá de eso y que hasta los videojuegos y las compras pueden ser selfcare.

La «empatía» no es cualquier cosa

Así como tiempo atrás la palabra «tóxico» la veías en todos lados, este año le tocó a «empatía«. En parte es una de las enseñanzas del 2020 que me hacen sentir un poco mal, pues para demasiada gente la «empatía» es casi cualquier cosa.

Por ese motivo me dispuse a trabajar mi propia percepción de esta palabra. También me ayudé con mi terapeuta y con otros profesionales sobre este tema. De ahí comprendí que la empatía va más allá de ponerse en el lugar de las otras personas.


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Es una palabra que engloba muchos significados impresionantes. Tanto es así, que lo podrías poner en práctica incluso con criminales, asesinos, personas radicales, etc.

Puedes ponerla en práctica con racistas, al igual que con minorías. Con cristianos, al igual que con ateos. Es un tema muy denso, así que piénsalo de nuevo ¿Crees que realmente trabajas la empatía? Recuerda además que no estás obligado a siempre tenerla presente.

Nunca es tarde para explorar quién eres

Todavía tengo miedo de cumplir los 30. Esa edad es temida por muchos porque socialmente se cree que «después de los 30 ya es muy tarde». Pero justamente en terapias más de una vez el doctor me preguntó: ¿Muy tarde para qué y para quién?

Jamás es tarde para descubrir nuevos talentos. Jamás es tarde para dedicarte a tus pasiones. Jamás es tarde para establecer metas que te hagan sentir mejor.

La vida no es una carrera, además que puedes disfrutar todo lo que vayas planificando sin obligarte a tener un plazo fijo.

El amor propio viene poco a poco

En todos lados se menciona el «amor propio«. Siempre nos recuerdan que «debes amarte a ti primero para luego amar a otros«. Es una idea sana de compartir, pero también puede ser muy rígida. ¿Acaso una persona que tiene depresión no puede amar a otro?

El amor propio creo que es algo que vas construyendo poco a poco y que no tiene solo una forma. Es normal que a veces dudes de ti, que tengas inseguridades, que no te guste tu pelo equis días ¡Eres un ser humano! Tienes emociones y es natural sentirse mal con uno mismo.


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Por eso yo también creo que en el amor propio se incluye aceptar nuestro caos. Aceptar que está bien sentirse mal y dudar.

Algunas personas creen que está «mal» que uno se sienta incómodo con uno mismo por equis motivo. Pero insisto, eres un ser humano, las emociones no son ni buenas ni malas, son naturales y por eso no hay que subestimarse si a veces dudamos de nosotros.

Todavía sigo trabajando mi amor propio, y eso no me ha impedido conocer al mejor aliado en esta aventura.

Una de las enseñanzas del 2020 inolvidable: no tiene nada de malo ser introvertido

Por mucho tiempo me sentí mal conmigo misma por ser catalogada como «tímida«. Cabe destacar que de niña era mucho más reservada y callada de lo que soy ahora, pero todavía me considero una persona introvertida que a veces pasa a ser ambivertida.

Siempre creí que para los extrovertidos todo era más fácil, y que por eso me costaba tanto conseguir algunas cosas. A raíz de mis terapias y otras tácticas (incluyendo la meditación) entendí que no tenía nada de malo ser introvertido, así como no tiene nada de malo ser extrovertido.

Son solo formas de desenvolverse socialmente, y no por eso somo más o menos. De hecho, gracias a esto pude descubrir nuevas pequeñas pasiones que complementan mi personalidad. Eso incluye escuchar géneros musicales que me relajan, rutinas mañaneras lentas, o solo tomar café en las tardes mientras va oscureciendo.

Aprendí a querer ese lado de mi que me permite disfrutar de los pequeños momentos, del #slowliving. Gracias a esto, también pude conectar mejor con muchas amistades y alejé a quienes consideraba que me estaban perjudicando, sin tener que caer en rencores.

Slow living is also #selflove

Es verdad que este año nos marcó a todos y que su palabra clave fue: caos. Aun así, nunca es tarde para analizar las cosas que hicimos y así ver qué podemos agradecer en estos momentos.

Lo esencial es recordar que fue un año de retos y por eso no se vale ser tan duro con uno mismo. Hayas hecho una sola cosa o varias, alégrate, lograste avanzar y batallar contra este 2020 como nunca.

Cheers for that! 🥂

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