El problema con ser intensa
Con sinceridad, tenía pensado publicar un post sobre el skincare en Perú, pero en estos meses muchas cosas se han complicado. Tenía miedo de escribir sobre esto porque no sé cómo se lo tomen algunas personas, pero creo que es algo necesario. Insisto en que quizás sea necesario porque no creo ser la única que tenga problemas con ser intensa.
Pareciera ser que socialmente está mal visto «ser intensa» porque solo se lee como el sinónimo de loca, fastidiosa, dependiente, y otros miles de adjetivos que la verdad me da flojera enumerar. Por eso tengo un problema, uno bien grande, con ser intensa, y quizás tú también lo tengas y no te has dado cuenta.
Siempre he sido intensa
Desde que tengo uso de razón he sido intensa con todo. De niña era muy intensa con mis cosas personales, al punto de que si perdía alguna de mis barajitas coleccionables, me ponía a llorar (no es mentira). Creo que eso es bastante común cuando eres niño, la cosa es que con el tiempo, esos sentimientos tan fuertes no se desvanecieron como así.
En mi adolescencia empecé a entender ese tema del «enamoramiento» hacia alguien y sí, fue una pesadilla. Una horrible pesadilla. Siempre fui la rechazada, la que hacía el ridículo, y la que se llevó bastante acoso tanto escolar como cibernético por no saber ocultar cuando alguien «me gustaba».
Al principio realmente no me sentía tan mal por ser intensa, creía que de alguna forma así la persona lo notaría y capaz había esperanza. Pero luego de tantas humillaciones, preferí ocultar por completo mis sentimientos y jamás revelar cuando alguien me gustara a menos que, esa persona lo hiciera primero o realmente me «diera señales».
Cabe destacar que por ese mismo miedo a revelar mis sentimientos, ese miedo a ser intensa, más de una vez si terminé arrepentida porque la cosa era recíproca pero me enteraba tarde. Lo bueno es que luego de años pasándola feo con ese tema, finalmente di con alguien que aceptó mi intensidad y mis errores sin miedo, y quien es mi novio actualmente.
¿Qué hacer cuándo te sientes desanimado y tu rutina debe continuar?
Pero antes que él, yo pasé por varias circunstancias desafortunadas. Desde las típicas críticas de «eres una ladilla (fastidio)», hasta las peores heridas…esas en las que parecían seguirme el juego solo para aprovecharme sexualmente…
Aunque eso ya es pasado pisado, siguen siendo pequeñas heridas que quedan ahí marcaditas, incluso en momentos inesperados.
Ser intensa con las amistades puede doler…mucho más
Ojalá todo este tema de emociones desbordadas hacia otras personas acabara con un simple crush, un simple ligue, o como le digan. Creo que mi mayor sufrimiento con esto se ha dado con amistades y personas que consideraba muy cercanas.
Yo también he sido demasiado intensa con mis amistades. Soy aquella que siempre va a estar pendiente de ti para apoyarte, aconsejarte, darte ánimos en lo que necesites, tratar de entender lo que te pasa. Soy la que te escuchará con atención todo lo que quieras decir sin importar si es un tema que desconozco.
Aun así, sé que no soy la amiga perfecta y muchas veces me equivocaré. Solo que es doloroso cuando realmente entregas lo más que puedes a esa amistad, y a cambio recibes una puñalada en la espalda, un silencio absoluto o solo el abandono que tanto miedo da…
¿Sigo siendo sincera? Me ha pasado recientemente. Confío ciegamente en alguien que pareciera demostrar genuino cariño y ganas de tener una amistad, solo para nuevamente terminar dolida porque nunca falta eso…aprovechar a la intensa para clavarle las espinas como si la mente de una fuese de acero.
¿Lo más doloroso? Que no me pase una, sino dos, tres, cuatro, y hasta más veces con personas que realmente creo que podrían convertirse en amistades genuinas. Y se repite el patrón, ese patrón eterno.
Mis enseñanzas del 2020: sobre autocuidado y amor propio
Ese patrón no es más que confíar, conversar, tener un vínculo genial, para luego recibir peleas de la nada, habladeras de paja (hipocresía), interés cruel (incluyendo sexual) o el peor para mi: ignorarme abruptamente de la nada.
¿Por qué este último es el peor? Porque con la ansiedad que cargo 24/7, no hay nada peor que la incertidumbre de no saber si la estoy cagando.
Si te pasa esto, cuenta conmigo
Lo bueno es que las tormentas no duran para siempre, así que esto no será eterno. Admito que es algo que también trabajo en terapia porque claramente es un reflejo de falta de «amor propio». Sí, me falta amor propio y no me apena decirlo porque también tengo la certeza de no ser la única.
Si estás leyendo esto y también te identificas como una persona intensa, no tengas miedo. Estaré siempre aquí para recordarte que no tiene nada de malo sentir, no tiene nada de malo expresar tus ideas y emociones, sobre todo si no buscas lastimar a nadie y lo haces solo con genuino desinterés.
Así que solo me queda concluir recordándote que no está mal ser intensa o intenso, al fin y al cabo, sentir nunca es malo.