Mi experiencia con The 1975 en Lima
Creo que ya era hora de volver a publicarles una breve reseña musical, y en este caso vengo a hablarles de cómo fue mi experiencia con The 1975 en Lima. Esta banda británica demostró como era de esperarse que tiene un talento demasiado extraordinario en escena y que la creatividad es lo primero con lo que puedes asociarlos.
Sin mentirles, creo que ha sido uno de los mejores conciertos en Lima de los que he estado, junto al de Morrissey y el de Depeche Mode. Se los digo con honestidad porque toda la producción del concierto estuvo impecable y siento que cada minuto que pasaba sucedía algo que lo hacía mejor. Si ya de por si me gustaba mucho la banda, creo que ahora si quedé enamorada.
Una introducción característica
Como era de esperarse, los primeros minutos ofrecieron su clásica introducción con “The 1975” (de “A Brief Inquiry into Online Relationships”), dando solo un abreboca de lo que venía, sobre todo porque dejaron la gran pantalla digital con la letra de la canción. Ya por ahí era de esperarse que esta pantalla formaría parte de su escenografía de una forma particular y que simplemente nos íbamos a deleitar visualmente.
Con “Give Yourself a Try” la gente enloqueció y todos empezamos a corear la canción. Era gracioso ver a unos cuantos chiquillos menores de 20 años cantarla a todo pulmón, porque uno que ya está afrontando la crisis de los mid-twenties puede sentir esta canción como algo muy personal, como ese himno que le atina en cada frase a todo lo que pasa por nuestras mentes…
“You’re getting spiritually enlightened at 29…
(…) And I was 25 and afraid to go outside…”
No dejaron atrás las mejores canciones al estilo bubblegum britpop
Si algo adoré de este concierto es haber bailado y coreado con ganas con canciones que se te quedan por muchas semanas pegada en la cabeza. Tal es el caso de “TOOTIMETOOTIMETOOTIME”, “It’s Not Living (If It’s Not With You)”, “She’s American” y “Sincerity is Scary”.
Cabe destacar que Matty no soltó su gorrito cuando sonó Sincerity is Scary, y que su encanto característico y socially awkward estuvieron presentes en todo momento.
Esos movimientos y gestos torpes y tímidos de Matty quizás son algo que lo distinguen fácilmente, puede que en gran parte porque nos recuerda a un joven Morrissey bailando con flores en los 80, o porque el mismo Matty se considera un “Emo Lord” y varias de esas expresiones eran comunes en chicos durante esa era tan recordada de los 2000. Sea cual sea el motivo, este vocalista no se arrepiente de su personalidad peculiar y más bien se enorgullece de seguir mostrando esta faceta artística a su público.
Además, si algo también pude disfrutar en el concierto fueron los bailes, no solo por Matty, sino por las dos bailarinas gemelas que ya son parte de la banda y que con sus movimientos son capaces de enamorarte en tan solo un instante. Creo que la fusión de todos estos elementos, más la producción visual con la pantalla y las luces, hicieron que este concierto fuera todo un placer para la vista y el oído, sobre todo para quienes admiramos el britpop al máximo.
También hubo momentos de calma y reflexión…
Si algo hay que aclarar, es que todo el sonido de este concierto estuvo impecable. Cada instrumento sonó con claridad y sin ningún tipo de distorsión que no fuese la que se necesitara en las canciones.
Además de la hermosa voz de Matty, el talento de Ross, Adam y George en sus instrumentos era fenomenal. De hecho, en varias ocasiones pudimos deleitarnos con solos de saxofón y guitarra, pues estos ya son parte de la banda y su sonido tan nostálgico que nos traslada a ese típico electro pop ochentoso, sobre todo al recordar que esta banda tiene una fuerte inspiración de otras agrupaciones ochentosas como The Talking Heads y U2.
Pero si algo enamoró en este concierto, fue el contraste tan bien elaborado que hicieron con el setlist. Pudimos gritar y brincar muchas veces porque hasta la misma banda lo pedía, pero también hubo momentos en las que se pedía calma, en la que se pedía un “chill out”, porque era el turno de las baladas acústicas.
Y es así como Matty con su guitarra pudo poner los ojos llorosos a más de uno con temas como “Be My Mistake” y “I Always Wanna Die (Sometimes)”, sobre todo porque las letras y los temas de estas canciones son bastante fuertes, por no decir intensos y capaces de entristecer un poco.
The 1975 en Lima: Más canciones de las que se esperaba y un broche de oro
Cuánto quisiera en realidad decirles cada detalle de TODAS las canciones que tocaron en el concierto, pero sería básicamente imposible. No por lo mucho que se extendería el blogpost, sino porque a cada minuto se me vienen más ideas a la cabeza y jamás terminaría.
Lo que si les puedo asegurar es que la banda pudo tocar muchas canciones en este concierto en Lima, y que estuvo más que bien en duración, de hecho, alcanzaron las 2 horas.
El carisma de Matty fue una clave en todo momento, sobre todo con algunas frases y favores que le pedía al público, incluyendo que se calmaran para evitar accidentes. E incluso el hecho de que usara la bandera LGBTQ cuando cantaron “Loving Someone”, pues este momento fue simplemente magnífico y hermoso.
Expresiones que se dieron sin miedo
El poder expresar con pasión un arte tan poderoso como la música, sin miedo a nada, sin temor a lo que opine el público, es un acto valeroso. Cuando llegó el turno de “The Ballad of Me and My Brain”, Matty expresó con la banda que “esta canción siempre me pega”, aclarando que es un tema fuerte para él, y aún así, lo cantó sin miedo. De hecho, con la hermosa puesta en escena, esta parte del concierto pasó a ser un recuerdo eterno y precioso.
El concierto terminó con un Encore apropiado, sobre todo porque con “Love It If We Made It” quedó demostrado que es otro “peo” como decimos en Venezuela, escuchar esa canción en vivo. El mensaje que tiene que puede ser interpretado de tantas maneras, se convierte en algo más poderoso cuando lo ves en vivo a través de las expresiones de la banda.
Quizás la única queja para mi en este concierto es que había demasiada gente grabando absolutamente todo. No está mal grabar el concierto, pero a veces exagerarlo puede ser incómodo, y más si no eres prensa.
Es algo irónico porque pues, queda ahí demostrado que “Modernity has failed us”.
Y con otro bailecito cantando “The Sound”, pudimos ajustar las energías y las fuerzas para cantar a todo pulmón “SEX”, que fue la última canción del concierto, y para variar mi favorita de la banda. En este momento todos brincamos y coreamos bastante la letra. Además, con frases tan divertidas en la pantalla como “You heard Chocolate just once” y otras similares para burlarse de algunos clichés, quedó finalizada la presentación de una banda que sigue dando de qué hablar y que probablemente siga cosechando más éxitos cada año. Este es apenas el comienzo de su era.